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La posesión y el derecho

Si yo voy por la calle y me encuentro con una billetera, pues lo primero que podría hacer es tomarla, revisarla y ver si aparece algún documento que me permita devolverla. También podría voltear a ver a varios lados para saber si no me están haciendo una broma o tendiendo una trampa.

Supongamos que estoy en el primer caso y que reviso la billetera y encuentro dinero pero ningún documento que de señas de quien es el dueño. En ese momento "el diablito" malo que ronda mi cabeza me dice que podría quedarme con la billetera y con el dinero que ella contiene. Como ya conozco el concepto de “res nullius” (Puedes leerlo aquí), la cosa de nadie, decido que éste es un descubrimiento y me la quedo. El ángel bueno que me acompaña me diría: para que fuera descubrimiento tendrías que saber si el dueño de la billetera tuvo la intención de deshacerse de ella y devolverla a la naturaleza para que alguien más la aprovechara.


La experiencia también me está indicando que lo que pudo haber pasado es que al dueño se le cayó y que no va a haber forma de identificarlo. Y, por lo tanto yo no podría probar la intención de deshacerse de la billetera.


Puedes leer también: El descubrimiento

Por lo tanto, se está ante un dilema. No se puede encontrar al dueño y la billetera está ahí para usarse. Pero, ¿cómo puede hacerse legalmente? Desde muy antiguo se conoció el concepto de posesión que significa entrar en contacto con una cosa con la intención de hacerla suya.

Aquél que es poseedor de la cosa, sabe que ésta es de otra persona pero que por alguna razón no puede ejercer su derecho sobre ella y, yo que estoy en contacto con la cosa la comienzo a tratar como si yo fuera el dueño y con ánimos de convertirme en dueño. Los legisladores de todos los tiempos pensaron que las cosas no están para ser desperdiciadas y que el derecho de propiedad podía alcanzarse por este medio cumpliendo con las reglas que establece la Ley que, generalmente es el paso del tiempo y la forma con la que se entró en contacto con la cosa.

Entonces, podemos preguntarnos si la posesión tiene algo que ver con el derecho de propiedad. Pues la respuesta como muchas cosas en Derecho es que si y que no. Si una persona entra en contacto con una cosa abandonada pero que tiene dueño que no ejerce su derecho de propiedad se está en el caso de ejercer la posesión. Pero también está el caso del propietario que está en contacto con su bien y, a su vez ejerce el derecho de propiedad. Entonces se tiene el caso del propietario que a su vez es poseedor.


Es importante la intención con la que se entra en contacto con la cosa con ánimo de tenerla como si se fuese dueño, pues si hay violencia, se puede estar en los casos de usurpación o robo.


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