Cosas útiles
- José David Grimaldi Villagrán
- 4 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Los romanos eran unos grandes clasificadores en cuanto a lo que existía en el mundo. En principio, dividieron el mundo en personas y cosas. Al haber definido lo qué eran las personas, el resto de lo que quedaba eran cosas. Como su interés era utilizar para su beneficio lo que existiera, tuvieron que ir definiendo lo que se pudiera usar o no. O lo que se pudiera incorporar a sus haberes o no. Ellos iban a utilizar una metodología de descarte.
Así, en principio, establecieron que había cosas sagradas y las dejaron para el uso religioso. Este es el caso de templos y cementerios. Luego pensaron que había cosas que eran de uso común y las dejaron por fuera. Tales como, el aire, el agua corriente de ríos, el mar.
Más adelante establecieron que había cosas públicas, para el disfrute de todos. Éste fue el caso de los caminos, los puentes, las plazas, los puertos.
Así, fueron llegando a un concepto manejable para ellos de las cosas que se pudieran utilizar y llegaron a la idea de cosas privadas y por efecto del procedimiento para adquirirlas, de mayor o menor dificultad para llevarlo a cabo, las clasificaron en importantes o no importantes. Cosas importantes para ellos eran las cosas útiles para la agricultura como las vacas o los terrenos para el cultivo.
Resulta curioso que la palabra para cosa en latín es “res”, y que esa palabra se asimiló con el tiempo a las vacas, que para ellos eran importantes y, por eso, en la actualidad a las vacas también se les conoce como reses.

Además, de otras divisiones, los romanos clasificaron las cosas en aquéllas con las que se podía comerciar y con las que no se podía comerciar, y de esta idea llegaron a las cosas que se podían incorporar al patrimonio de una persona. Quizá te interese: Evolución del concepto de persona
Lo interesante de estas clasificaciones es lo cuidadosos que fueron los romanos al clasificar las cosas, pues lo que tenían en mente era evitar conflictos y regular las cosas que en el mundo existían para su beneficio.
Pero prestando atención que las cosas a las que se les podía sacar beneficio, lo podían ser para uno o varios pero no para todos. Así una vaca podía ser beneficiosa y útil para mí, pero no para la comunidad. Lo mismo con un terreno, pues si estaba en mi patrimonio era para mí uso y no para un uso colectivo.
Artículos relacionados: Personas y cosas La Persona Evolución del concepto de persona
Komentar