Antonio Grimaldi, el patriarca ideológico de una familia
- José David Grimaldi Villagrán
- 3 jun 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 14 jun 2020
Al igual que decía Claudia Lars; era muy pequeño cuando oí una lejana e inconclusa voz; la voz de mi tatarabuelo que me hablaba a través de las historias que mi padre me contaba sobre él. Desde el primer relato me sentí como la limadura de hierro frente a un poderoso imán. Lo busqué desde el primer día, siguiendo las migajas de hechos, que su rastro había dejado tras él. Tuvieron que pasar años, lustros y décadas para, al fin, encontrarlo, a la vuelta del camino, de pie, frente a mí, erguido, orgulloso, dispuesto a entregarme su legado, como el corredor que espera ansioso a su relevo. Era el más precioso legado que alguien pudiera dejar. ANTONIO GRIMALDI, el patriarca ideológico de una familia Todas las familias tienen algún personaje, entre sus miembros, que destaca tanto en diversos ámbitos, que marca fuertemente el comportamiento de toda su descendencia.
En el caso de la familia Grimaldi en El Salvador, se encuentra a Antonio Grimaldi, cuya vida es casi mítica y legendaria. Nació en Alegría, departamento de Usulután, probablemente en el año de 1836. Aunque algunos sitúan su nacimiento en 1835. Es el primer Grimaldi nacido en El Salvador. Hijo de Emanuel Grimaldi, ciudadano italiano que emigrara al país. Tal emigración se da en la época y debido a la salida de muchos italianos que, junto con un joven José Garibaldi, habían tratado de unificar al reino de Italia y habían fracasado, en el movimiento de la joven Italia de Mazzini. Garibaldi lograría tal hazaña en 1870.
De Antonio se cuenta que quería ser abogado y su padre no lo dejó, sino que lo forzó a estudiar la carrera de medicina. Él, con obediencia filial aceptó y al terminar sus estudios, llegó a ofrecer su diploma a su padre y luego comenzó a estudiar la carrera de derecho que era lo que lo apasionaba, pues creía que por su temperamento era la carrera profesional por la que más afinidad sentía.
No obstante, lo anterior, toda su vida se vio marcada por su interés por los asuntos públicos. Ya desde la época del presidente Gerardo Barrios militaba en las filas liberales y él mismo Barrios lo distinguió con el grado de Coronel, en 1863, luego de las luchas contra el presidente de Guatemala, Rafael Carrera.

Presidente José Gerardo Barrios Espinoza Se le vuelve a encontrar muy pronto, en 1871, junto con el presidente, mariscal Santiago González como Ministro del Interior, a la par que formó parte de la Asamblea Nacional del país en su calidad de senador. Su paso por tal gobierno lo hace partícipe del movimiento liberal que pretendía secularizar al país. Tanto que es señalado como parte del cerrado grupo de liberales que expulsó a sacerdotes del país; entre ellos a Jesuitas. De esa época se cuenta que al ser nombrado gobernador de Usulután viaja desde San Salvador junto a otra persona y que una noche pernoctando en una casa de campo donde se le había brindado alojamiento escuchan la tos de un niño enfermo y, en su calidad de médico, a pesar de no ejercer, es capaz de indicar que el niño no pasaría la noche y que moriría. La historiografía familiar lo sitúa como enemigo del presidente Zaldívar. Dentro de las filas liberales hoy se califica a Antonio como ultraliberal. Hay que recordar que luego del gobierno de González seguiría el de Rafael Zaldívar siempre de corte liberal, pero debido a su intento de eternizarse en el poder y a la declarada corrupción y derroche es derrotado por el movimiento del General Francisco Menéndez. Al inicio del gobierno de Menéndez vuelve a aparecer Antonio Grimaldi en la palestra pública. Será electo diputado a la Asamblea Constituyente de 1885, pero renuncia en vista de su precaria salud. Cuentan las historias familiares que el presidente Zaldívar, al principio de su mandato, lo manda llamar a San Salvador y él viene desde el oriente del país a caballo como era la usanza de ese entonces. Precavido y temiendo lo peor, al llegar al límite de la ciudad, en el punto de Aguascalientes manda a tener ensillado un caballo para salir rápidamente, si fuera necesario. Sigue luego a la entrevista con el presidente en la Casa Blanca (Casa Presidencial) de esa época que se encontraba frente al cuartel que la protegía, hoy Mercado ex- cuartel. La entrevista no resultó bien y luego de un altercado con el presidente sale en carrera, toma su caballo y se dirige a Tecapán, Usulután. El Presidente manda a capturarlo y él huye al cerro el Tigre seguido de la Policía Montada bajo una granizada de balas. Luego de huir pasa al exilio a la República de Guatemala donde permanecerá nueve años hasta el triunfo del General Menéndez contra Zaldívar. La historia oficial lo pone a la par de Menéndez con quien trata una intentona de golpe militar para sacar a Zaldívar de la presidencia en el año de 1876 y de allí su exilio de nueve años. En esos nueve años se dedica a la Agricultura y se radica en Quezaltenango, Guatemala, donde lleva la primera imprenta del lugar e inicia un periódico denominado “El Buen Amigo”. Es allí, en Quezaltenango, Guatemala donde se le conoce como miembro de la francmasonería puesto que en octubre de 1881 ingresa a la Respetable Logia Simbólica “Constancia” No. 40 del Oriente de Guatemala, perteneciente al Gran Oriente Neogranadino. Otros miembros salvadoreños de su madre Logia son Francisco Esteban Galindo, también diputado de la constituyente de 1886, Baltasar Estupinián, que será vice- Presidente de la República en la época del presidente Menéndez y Carlos Ezeta, luego presidente de la república en 1890. El mismo Antonio se declara como un filósofo natural y de religión racionalista. Antonio era un hombre que escribía en 1885 lo siguiente: “Los intransigentes en filosofía son ya muy pocos y quedan confundidos entre el vulgo de los perniciosos: la libertad de conciencia es un dogma universal que nos hace ciudadanos del globo terrestre. El genuino liberalismo tiene convicciones propias y respeta las agenas (sic), de otro modo no se concibe la libertad”. De su personalidad escribe Enrique Guzmán, a principios de 1885, cuando se lo encontrara en una representación en Guatemala: “Durante el primer entreacto, mientras conversaba yo con dos señoras a la puerta de un palco de la segunda fila, se me acercó una persona muy mal vestida, que cualquiera hubiera creído bajado del gallinero, y me saludó cortésmente, preguntándose si era yo el señor Guzmán; servidor de Ud. le contesté. Yo soy Antonio Grimaldi, me dijo entonces, alargándome la mano. Gran sorpresa me causó este inesperado encuentro. El nombre de Grimaldi es conocido en toda la América Central, pasa por ser un hombre muy instruido y el partido rojo de El Salvador le reconoce por su jefe”. El partido rojo era el partido liberal. De sus ideales se escribe en el diario la República: “El doctor Grimaldi es un fuerte apoyo para la revolución del 85, así como lo fue para la no menos gloriosa del 71. Se necesitan hoy todas las energías y virtudes de hombres como Menéndez y Grimaldi para hacer triunfar la santa causa del derecho… El General Grimaldi está íntimamente ligado con el Jefe actual del Salvador. Lo está en principios, en integridad, en constancia, en el noble afán de sacar a la patria de la rutina, del abandono y de las miserables superposiciones de abandono y despilfarro de que ha sido víctima”. Termina su vida sin que haya quedado registro de la fecha de su muerte, pero continúa viviendo en la memoria de su familia: los Grimaldi de El Salvador. Y más aún, continúa viviendo en el ideal que lo impulsó toda su vida, aquél de construir un mundo nuevo y mejor, para la patria amada, El Salvador. Nota personal: Antonio Grimaldi es quien da inicio a mi estirpe familiar por el lado paterno. Para el caso particular de mi familia él es el padre de David Grimaldi, esposo de Remigia de Grimaldi, quien dentro de sus hijos procreó a José David Grimaldi conocido por David Grimaldi (1881), médico y que vivió toda su vida en Tecapán, Usulután. Hijo de David Grimaldi y Alicia Quezada (1898), es David Saúl Grimaldi Quezada (1923) quien casó con Nelly Villagrán de Grimaldi (1923) y de esa unión nació José David Grimaldi Villagrán (1956), quien contrajo matrimonio con Grazzia María Calderón de Grimaldi (1958) y de allí la última generación: David Andrés (1985), Sofía Jimena (1986), Grazzia María (1990), Rita María (1993) y José Miguel, (1997) todos de apellido Grimaldi Calderón.
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